Los antecedentes de la Academia de San Carlos inicia cuando importantes artistas y arquitectos novohispanos solicitaban a las autoridades y al Rey de España la creación de una Academia en donde se impartieran el arte de la pintura y escultura. Uno de los pintores más importantes de su tiempo en el virreinato, Miguel Cabrera, propone la necesidad de la creación de una Academia.

Hacia el año de 1779, el tallador mayor de la Casa de la Moneda, Jerónimo Antonio Gil, quien ya había solicitado la fundación de una escuela de grabado para mejorar la producción y acuñación del metal, también solicita a las autoridades de la Casa de la Moneda, a las virreinales y al Rey de España la creación de una Academia similar a la entonces Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la capital, con el fin de mejorar todavía más la producción de monedas y contar con mejores arquitectos. 

Y fue hasta 1785 cuándo se inaugura la Academia de San Carlos, siendo Jerónimo Antonio Gil el primer director.

Para impartir clases en la Academia invitaron a excelentes pintores, escultores y arquitectos españoles, entre los que destacan:

- Manuel Tolsá: arquitecto, ingeniero y escultor español; sería el encargado del área de arquitectura de la academia, fue el responsable de introducir un nuevo estilo arquitectónico en México, sus obras sería el mejor ejemplo de la arquitectura neoclásica, entre las que destacan el Museo de San Carlos, el Hospicio Cabañas, el Palacio de Minería,etc.

- Rafael Ximeno y Planes: pintor y dibujante español.

-Pelegrín Clavé y Roqué: pintor español.


Al ser los maestros de origen español, era más que obvio que iban a traer influencias de la pintura europea a la Academia, y es por esto que las primeras obras que surgen de la academia son temas religiosos, y estos temas serían pintados por un buen tiempo.

El Sacrificio de Isaac, Santiago Rebull (1829-1902), óleo sobre tela.

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